Síndrome de boca ardiente

 

El síndrome de boca ardiente es un cuadro clínico que se presenta con bastante frecuencia.  Se caracteriza por la aparición de unos síntomas bucales que los pacientes describen como sensación de quemazón, ardor, y hormigueo que afecta a la mucosa oral. Otros síntomas relacionados serían; alteraciones del gusto (sabor metálico, sabor amargo o combinaciones de ambos), cambios en la intensidad de la percepción del gusto, boca seca, sensación punzante e intolerancia a las prótesis. También están descritas las dificultades para tragar, y dolor facial o dental atípicos. El dolor urente o “ardor bucal”, suele aumentar progresivamente de intensidad durante el día hasta alcanzar su cénit al final de la tarde, pudiendo dificultar conciliar el sueño. Por el contrario, el dolor no suele aparecer durante la noche, ni despierta a los pacientes durante el descanso nocturno.

Este síndrome, afecta con mayor frecuencia a mujeres entre los 50 y 60 años de edad. A día de hoy, se desconoce la etiología del síndrome, si bien son varios los factores que pueden estar detrás del origen del cuadro, tanto locales (infecciones orales, alergias alimentarias, hábitos parafuncionales, etc), como factores sistémicos (alteraciones hormonales, infecciones víricas, diabetes, hipotiroidismo, etc), incluso factores psicológicos (estrés, ansiedad, etc).

En cuanto a la localización de los síntomas descritos dentro de la cavidad oral, es la lengua, tanto en su extremo más distal, como en sus bordes, la zona más frecuentemente afectada. Menos habitualmente, los síntomas son referidos en la mucosa del labio inferior o las encías.  Sin embargo, la sensación de dolor urente o “ardor” que describe el paciente, es principalmente percibida en “toda la boca”.

Con respecto al tratamiento y en primer lugar, resulta fundamental realizar una historia clínica completa y detallada que permita identificar cualquiera de los factores locales, sistémicos y/o psicológicos descritos asociados a este síndrome. En definitiva, debido a su etiología multifactorial y compleja, no existe en la actualidad ningún tratamiento específico del síndrome de boca ardiente, por lo que se recomienda adoptar una serie de medidas generales para mejorar la sintomatología. Tales medidas consisten en mantener una buena hidratación, así como una correcta higiene oral. Otras recomendaciones a tener en cuenta serían corregir cualquier hábito parafuncional, evitar irritantes, un buen control de la dieta y suprimir hábitos nocivos como tabaco, alcohol y cualquier otro excitante. En último termino, algunos casos requerirán tratamiento farmacológico.

 

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